Las clases de base técnica trabajan especialmente la elasticidad y flexibilidad, a la vez que la colocación corporal.
Los ejercicios que se proponen están destinados a un mayor conocimiento del cuerpo del bailarín, con el fin de entrenar el cuerpo como un instrumento de expresión y a la vez evitar y corregir malos hábitos posturales.
Este trabajo ayudará al bailarín a ser más correcto y conseguir unos resultados más satisfactorios en la danza.